Uno de los tesoros de la gastronomía mexicana es sin duda alguna su panadería llena de formas, sabores y un sinfín de tradiciones que la  respalda. Su historia comienza con la llegada de los españoles territorio mexicano, algunos historiadores cuentan que el trigo llegó a la Nueva España de forma inesperada en un cargamento de arroz enviado a Hernán Cortez en el que se infiltraron unos granos de trigo tras este acontecimiento Cortez  ordeno que estas semillas fueran sembradas en el territorio que hoy en día es Coyoacán. Por consecuencia este serial se integraría a la dieta de la población.

Es hasta 1525 cuando se da el inicio de la industria del pan en México a manos de Rodrigo Paz  quien instaló un molino de trigo en esas tierras y luego otro más en Tlatelolco, a la par quien fuese considerado uno de los primeros panaderos sería nada más y nada menos que Juan Garrido, el esclavo de Hernán Cortez, quien después fuera liberado para llevar a cabo este oficio.

La producción de pan iniciaría  en el ámbito familiar, en hornos de piedra y adobe, poco a poco se convirtieron en empresas que elaboraría el pan para toda la población. Para la época del virreinato la panadería debían seguir algunas reglas que regulaban el peso y el precio de las piezas.

Para 1531 España vive una terrible sequía que los obliga a consumir el trigo cultivado en sus colonias, lo que hace que los expendios de pan se hagan más populares. Por lo cual en un inicio los indígenas tenían prohibido consumir el pan, obligándolos a aprender el oficio de panadero haciendo de este un arte en el que se mezclaron las tradiciones y el ingenio de quienes entre sus manos fueron dominándolo.

A finales del ciclo XVIII llegan a México los primeros maestros panaderos y pasteleros de Europa en específico italianos  y franceses con la forma de trabajo europea donde el jefe de la familia es el maestro y sus hijos los pupilos. La panadería por toda la Nueva España en este siglo se manifestaba como una actividad económica en auge.

Ya en el siglo XX, en México ya se contaba con afamadas panaderías ya que con la revolución industrial en el país permitió la elaboración de pan blanco de forma más rápida gracias a las revolvedoras. Este tipo de pan fue el que más se vendía en los anaqueles de los expendios desde 1922. Tiempo después se ofrecería también bizcochería (pan dulce).

Hoy en día la panadería mexicana es considerada una de las más variadas debido a la herencia, fusión y tradiciones que representa, desde la época del virreinato, la influencia que tuvo  como la francesa y la evolución que ha tenido hasta el día de hoy.