Desde tiempo atrás, la gastronomía mexicana se ha caracterizado por ser muy original y creativa, si bien es cierto, podemos encontrar dentro de esta una gran variedad de ingredientes, que a su vez nos permite llevar a cabo diversas preparaciones.

Dentro de la cocina mexicana, existen numerosos ingredientes que muchas veces son poco conocidos y valorados por el ser humano, sin saber que estos hacen aún más rica e interesante nuestra gastronomía, y asimismo, algunos de estos, han estado presentes desde tiempos prehistóricos manteniendo un gran bagaje cultural e histórico.

Tal es el caso del uso de insectos en la cocina, para lo cual, es fundamental llevar a cabo la previa recolección de los mismos, para posteriormente procesarlos de acuerdo a la preparación en la que serán empleados.  

Actualmente, se sabe que el consumo de insectos resulta completamente beneficioso a la salud humana, pues de acuerdo a Miranda (2011) “La ingesta de insectos puede traer grandes beneficios ya que se ha demostrado que podrían ser fuente importante de proteínas” (p 84).

Es el gusano rojo de maguey, uno de los insectos más codiciados dentro de nuestra gastronomía, pues bien, de acuerdo a Muñoz (2012)  este lo define como: “Chinicuil, del náhuatl chilocuilin, que significa gusano de chile. Variedad de larva de una mariposa que mide entre 2 y 3 cm, que se cría en la base de la penca del maguey” (p 295).

Este insecto es muy famoso por su peculiar aspecto, y si bien es cierto, resguarda un origen ancestral muy acentuado, ya que en la época prehispánica, este era consumido únicamente por aquellos que fueran dignos y considerado de uso exclusivo para el consumo de los Dioses.