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Vinos mexicanos

Por Inés Nadezda Rodríguez Chávez

¿Sabías que?...

Se estima que, en promedio,los mexicanos bebemos cada año 10 por ciento mas de vino que el anterior. Como ese porcentaje se aplica sobre los acumulados de cada periodo, en unos 7 años beberemos el doble. Aquí conoceremos más sobre sus variedades.

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La diversificación

Que la cultura del vino arraiga en México lo demuestra también el avance en la diversidad de zonas productoras, estilos y categorías. En sitios donde alguna vez hubo vides, en épocas tan remotas como la Colonia, resurgen cultivos y bodegas. Es el caso de Guanajuato, Chihuahua y San Luis Potosí. También Zacatecas y Aguascalientes vuelven a la batalla después de años de hibernar. Querétaro aporta nuevos proyectos y considerables inversiones, como De Cote y Puerta del Lobo.


La expansión del vino hacia diferentes latitudes repercute en la diversidad de estilos. Hasta hace algunos años el arquetipo del vino nacional lo dibujaba Baja California: híper concentrado, a menudo con sabores de fruta sobremadurada o al límite de la sobremaduración, tánicos, fortachones... los de la altiplanicie son de otra índole: más delicados, menos madurados, con mayor acidez natural. Y en las antípodas, el robusto ejemplar chihuahuense traza otra frontera.

Pequeña historia del vino mexicano

En América no existió la vitis vinifera hasta que llegó de la mano de los españoles. El uso religioso del vino en la eucaristía católica justificó la exportación de las plantas a las nuevas colonias. En aquel momento, además, el vino era considerado alimento y medicina. La distancia y el tiempo de navegación ponían un límite a la exportación directa de la bebida ya elaborada, lo cual llevó a promover las plantaciones en México e incluso a multar a quien no las emprendiera.

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Regiones vinícolas y productores

La producción de vinos mexicanos y cultivo de viñas en grandes extensiones de tierra se realiza dentro de los estados de Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guanajuato, Nuevo León, Puebla, Querétaro, Sonora y Zacatecas, la mayor producción se da principalmente en el municipio de Ensenada, en los valles de Guadalupe, San Vicente, Ojos Negros y Santo Tomás. Es esta zona privilegiada por estar situada en la franja norte del vino y sus características climáticas, lo que convierte a Baja California en la capital mexicana del vino, concentrando el 80% de la producción nacional.

Los principales varietales tintos cultivados en México son: Barbera, Cabernet sauvignon, Grenache, Merlot, Nebbiolo, Petit Syrah, Tempranillo y Zinfandel, mientras que los principales varietales blancos son: Chardonnay, Chenin blanc, y semillón.

Entre las principales bodegas mexicanas están: Casa Madero, Monte Xanic, L.A. Cetto, Santo Tomás, Adobe Guadalupe, Barón Balché, Casa Domecq, entre otras.

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El vino mexicano en números.

En los últimos años, el vino mexicano pasó de ser tendencia a consolidarse como uno de los productos mexicanos más reconocidos tanto en territorio nacional como en el extranjero.

El vino mexicano ha sido una avalancha de galardones internacionales, conversaciones entre expertos y buenas noticias, pero más allá de eso se ha vuelto esencial para la economía del país.

La industria vitivinícola genera empleos para 500 mil jornaleros, lo que la convierte en la segunda fuente de empleo en el sector agrícola después de la hortofrutícola.

En los campos se cultivan 37,000 hectáreas que producen casi medio millón de toneladas de todas las vocaciones: uva de mesa, uva pasa, uva para jugos y concentrados, uva para vino y  uva para brandy. De esta cantidad, el 12.5% se utiliza para la elaboración de vinos.

Referencia:

  • Gerschman, R. (2019). Guía catadores del vino mexicano. Ciudad de México: Planeta Mexicana.

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